En Febrero de 1971 comenzó la andadura de El Artesano de la mano de Angel Díaz y Francisca Rueda, mis padres con los cuales comencé en este oficio. Mi abuelo fue zapatero en tiempos de la guerra civil, en un pueblo de Ávila (Piedrahita) y mi padre aprendió con él su oficio, al igual que dos de sus hermanos mayores. En 1963 decidió probar fortuna en Madrid y se aventuró a trabajar en varias fabricas de calzado de señora. Aquí refinó su técnica. En 1971 decidió instalarse por su cuenta en la calle Cartagena, 110 (donde seguimos) y poco a poco consiguió una amplia cartera de clientes a base de mucho esfuerzo, y la inestimable ayuda de mi madre, Paquita. Llegó a tener una oferta de una empresa en el sector, que empezaba a surgir y que luego hemos podido ver instalada en la mayoría de las grandes superficies. Él la rechazó porque temía que se desvirtuara el oficio, lo cual sucedió. Me alegro que no aceptara la oferta. |
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